Tuesday, May 23, 2006

Milagros

A veces el individuo se ahoga en el óceano de lo cotidiano. Vive sus días impulsado por una fuerza mecánica superior a él, que lo conduce por los callejones de lo simple y lo habitual. Él no se da cuenta de esta pseudo- realidad, porque cree que vive intensamente y completamente al tanto de lo que sucede a su alrededor.
Pero hay veces en las que esta frágil imagen, como esculpida en agua, se rompe y el individuo se ve ante un suceso a veces trágico, a veces cómico o simplemente nuevo en su totalidad. Comienza a darse cuenta de las historias que se viven en su cercanía y se pregunta que es lo que pasa en las mentes de sus prójimos.
También, si tiene suerte, se ve tocado como por un rayo de luz que le hace entender que pertenece a algo más grande, y que no todo es fruto del azar. Las lágrima corren y la esperanza crece.
Pueden considerarme una creyente, no me importa. Hace unos días me ví en ese rayo de luz y estoy agradecida. Tengo la certeza de que no estoy sola y hay alguien al tanto de mí.