Saturday, April 29, 2006

¿Racista yo?

Lo que en un principio me pareció cómico, luego me dio mucha tristeza.
Sucedió ayer, mientras hacía la compra en un supermercado. Estaba esperando mi turno para pagar en una de las cajas, cuando un chico (extranjero) intentó robarse varias botellas de whisky simplemente ocultándolas en su chaqueta (no me explico aún como logró esconder 6 botellas en sus bolsillos) y trató de salir por la puerta principal como si nada. Cuando saltó la alarma contra robos, salió corriendo. No pudo llegar muy lejos porque minutos después los empleados del supermercado regresaron con las botellas (¿qué tan lejos podía ir con semejante cargamento?).
Lo que causó mi hilaridad fue que después de la sorpresa inicial de todos los que fuimos testigos, varias señoras empezaron a comentar que ellas ya se habían dado cuenta que algo pasaba con ese chico (¡qué casualidad!). Todas, cual herederas de las habilidades de Sherlock Holmes, ya habían sospechado que algo raro estaba pasando, que miraba mucho sin comprar nada y que seguramente estaba asociado con otro que minutos antes había salido también sin compra mientras hablaba por un celular (móvil).
Mientras contenía mi sonrisa, la cajera empezó a quejarse de cómo los extranjeros sólo estaban para robar, para que luego dijeran que era racismo. Se lamentó de todas las ayudas sociales de las que gozan a pesar de su condición de inmigrantes y de cómo sus niños son los primeros en entrar a los colegios públicos.
Lo incómodo fue que justo atrás de mí estaba otro chico de la misma nacionalidad del frustrado ladrón, que inocentemente había venido a hacer sus compras como todo el mundo, y tuvo que escuchar semejante discurso sin haberlas ni deberlas.
Estuve a punto de contestarle a la cajera que extranjeros habemos de muchos tipos, que los españoles también tienen mala fama en muchos lugares del mundo, que se acordara de cuando miles de españoles salieron huyendo de su país en la época de la Guerra Civil y de la pobreza y que estuvieron buscando asilo en muchísimos países, dentro de los cuales estaba curiosamente mi país de origen. Y que sí, que un poco racista si que lo era.
Pero me callé. ¿Valía la pena enojarme con alguien que no se lo merecía?